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BASES DEL RENDIMIENTO DEPORTIVO

En el ámbito deportivo, es esencial una buena alimentación y hoy día se sabe que aunque una dieta adecuada, entendiendo por tal un régimen o método alimenticio, no puede garantizar el éxito deportivo, pero es indudable que una dieta inadecuada puede limitar el rendimiento e impedir la progresión que implica un buen entrenamiento.

La nutrición correcta es importante para la actividad física en general, ya se trate de un deporte de élite

Pero... ¿siempre fue así?

 

UN POCO DE HISTORIA

Haciendo un poco de historia. Según Bourne (1968) “Hay una evidencia histórica de que en el año 532 a. de C., en la Grecia antigua, alguna persona reconoció que una óptima nutrición era importante para el rendimiento deportivo. Por ejemplo, la leyenda dice que Milón de Crotona, quién triunfó en las pruebas de lucha durante siete consecutivos Juegos Olímpicos, consumía diariamente 9 kilos de pan, 9 de carne y 18 pintas de vino”.

Hipócrates, siglo IV y V a. C. “Comer bien no basta para tener salud. Además, hay que hacer ejercicio, cuyos efectos deben conocerse. Si hay alguna deficiencia en la alimentación o en el ejercicio el cuerpo enfermará”.

En la Grecia antigua comenzaron a utilizarse suplementos nutricionales u otros medios para aumentar el rendimiento. Así los atletas del siglo IV a. C. aumentaban su fuerza comiendo carnes de diferentes animales según la disciplina que practicaban: los saltadores de caballo, boxeadores y lanzadores de toro, y los luchadores de cerdo. En el siglo V a. C. Los corredores de fondo bebían antes de la carrera cocimientos de plantas (aplicaciones de hongos desecados. En el siglo III a. C. Filolastro y Galeno refieren la ingestión de multitud de sustancias por parte de los atletas y Plinio, en el siglo I, afirma ya que los corredores de fondo bebían cocciones de equiseto para evitar la fatiga y prolongar la resistencia.